¿Qué hace la escuela primaria por la alimentación de los niños?
Si bien es principalmente en la familia donde se desarrollan las pautas alimentarias y el gusto y el rechazo por los alimentos, en la actualidad, por distintos factores, muchas familias se ven impelidas a completar la alimentación de sus hijos a través de los comedores escolares. En situaciones de p...
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Publicado: |
2017
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Acceso en línea: | https://bdigital.uncu.edu.ar/fichas.php?idobjeto=11220 |
Sumario: | Si bien es principalmente en la familia donde se desarrollan las pautas alimentarias y el gusto y el rechazo por los alimentos, en la actualidad, por distintos factores, muchas familias se ven impelidas a completar la alimentación de sus hijos a través de los comedores escolares. En situaciones de pobreza, la escuela pública contribuye a enfrentar situaciones de vulnerabilidad alimenticia. Los sectores medios y altos, en tanto, depositan cada vez más en las escuelas de doble escolaridad la responsabilidad por el almuerzo de los hijos. Frente al incremento sostenido de la obesidad infantil se valora que los comedores escolares y la escuela como institución educativa, pueden contribuir a disminuir el sobrepeso en la edad adulta. Esta presentación tiene dos objetivos: 1) compartir las conclusiones de un estado del arte sobre los efectos de los comedores sobre las prácticas alimentarias de los niños, las posibles interacciones entre alimentación, comensalidad escolar y promoción de hábitos alimentarios saludables y 2) presentar los avances de la reconstrucción realizada para identificar modelos de gestión de los servicios de alimentación escolar en las provincias a partir de dimensiones como compra y distribución de insumos; asignación y prestación del servicio; acciones de educación nutricional, y los controles (de insumos, bromatología, evaluación nutricional)
Principales resultados:
La literatura reciente considera que la escuela, por su alcance poblacional, potencial pedagógico y por el tiempo que los niños pasan en ella,es un espacio estratégico para transmitir hábitos alimentarios y de comensalidad saludables a través de sus comedores y merenderos y, de ese modo, contribuir a prevenir el sobrepeso y la obesidad. Hay consenso en que la labor de la escuela no puede limitarse a transmitir información sobre por qué y cómo comer bien. En función de que no existe una correlación positiva entre mayor información nutricional y mejora de los hábitos alimentarios, avanzar hacia una alimentación saludable demanda conocer y tramitar la complejidad de factores que intervienen en las preferencias y los comportamientos alimentarios de los niños. Se debe partir de los saberes y creencias de directivos, docentes, padres y alumnos para recuperarla alimentación como tema transversal en el trabajo cotidiano, en el aula y en los espacios en los que se come. Directivos y docentes de educación básica pueden hacer mucho pero no se los debe recargar. Las políticas para prevenir la obesidad y el sobrepeso entre escolares deben ser fruto del debate y la colaboración mutua entre autoridades y profesionales y requieren soporte en regulaciones más amplias sobre precios, difusión, comercialización y distribución de alimentos que impactan en la salud presente y futura.
En la provincia de Mendoza los lineamientos y recursos financieros para solventar los servicios de alimentación de las escuelas públicas están a cargo del área de Desarrollo Social que no necesariamente asume la prioridad que le otorga al problema de obesidad en los niños el área de Salud.
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