Las dos caras de la Fedra dannunziana
Desde Eurípides y Séneca, sin olvidar a Racine y Garnier, el mito de Fedra ejerció una especial atracción sobre el arte, y su vigencia se ha visto renovada periódicamente. La poética de grandes sectores artísticos de finales del siglo XIX, articulada por la remisión al código clasicista y por el...
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Publicado en: | Revista de Literaturas Modernas |
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Sumario: | Desde Eurípides y Séneca, sin olvidar a Racine y Garnier, el mito
de Fedra ejerció una especial atracción sobre el arte, y su vigencia se ha
visto renovada periódicamente. La poética de grandes sectores artísticos
de finales del siglo XIX, articulada por la remisión al código clasicista y
por el apartamiento de toda forma de arte vulgar o burgués, produjo una
de las últimas versiones de la tragedia: la Fedra (1909) de Gabriele
d’Annunzio. En este trabajo, voy a detenerme en algunas claves
culturales del texto del dramaturgo italiano. En ellas se refleja una lectura
del mito antiguo en clave nietzscheana, en virtud de la inclusión de dos
personajes agregados por D’Annunzio al repertorio clásico.
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