Huellas de Rubén Darío en las farsas de Valle Inclán

Las dos primeras visitas de Rubén Darío a España, en los años 1892, 1899, dejan huellas en el campo literario español y su voluntad renovadora en la poesía marca también las letras españolas. Salvador Rueda lo califica como "el poeta que más sobresale en la América latina, el divino visionario,...

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Detalles Bibliográficos
Publicado en:Revista de Literaturas Modernas
Autor principal: Brizuela, Mabel
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Acceso en línea:https://bdigital.uncu.edu.ar/fichas.php?idobjeto=12339
Descripción
Sumario:Las dos primeras visitas de Rubén Darío a España, en los años 1892, 1899, dejan huellas en el campo literario español y su voluntad renovadora en la poesía marca también las letras españolas. Salvador Rueda lo califica como "el poeta que más sobresale en la América latina, el divino visionario, maestro en la rima". Con Valle Inclán comparten el respeto y la admiración mutuos, y ese encuentro, esa conexión entre los poetas provocará en Valle una diferente visión del mundo que se expresa en La lámpara maravillosa, llamada "ejercicios espirituales", una suma de meditaciones acerca del arte literario, que explican muchos de sus procedimientos y su estética. En las figuras de Maese Lotario y Arlequin observamos esas huellas del poeta nicaragüense en la Farsa italiana de la enamorada del Rey, con recuerdos de la "Sonatina" de Rubén y La Marquesa Rosalinda, personaje tomado del poema "El clavicordio de la abuela". En este trabajo analizamos los elementos modernistas, siempre combinados con la tradición literaria española, para alcanzar "el difícil y tenso equilibrio entre la emoción y la burla", la concreción de su doctrina poética, de su propia condición de poeta capaz de "descubrir enlaces luminosos de una armonía oculta".