La Hidra de Mil Cabezas
A principios del siglo IV a.C. la aristocrática, conservadora y militarista Esparta está en su apogeo. Ha derrotado recientemente a la poderosa Atenas , su histórica rival en la Guerra del Peloponeso (431-404 a.C.), arrebatandole de ese modo la tan codiciada hegemonía de Grecia. Guarniciones lacedem...
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Publicado: |
2013
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Sumario: | A principios del siglo IV a.C. la aristocrática, conservadora y militarista Esparta está en su apogeo. Ha derrotado recientemente a la poderosa Atenas , su histórica rival en la Guerra del Peloponeso (431-404 a.C.), arrebatandole de ese modo la tan codiciada hegemonía de Grecia. Guarniciones lacedemonias, gobernadores espartiatas y oligarquías adictas le aseguran el control sobre las demás ciudades. Otrora austera, la victoriosa Esparta se enriquece súbitamente con el botín de guerra y la ayuda financiera de sus aliados Persia ante todo. Pero la nueva riqueza es acaparada por la aristocracia todavía existente en el interior de la clase de los homoioi (ciudadanos-soldados, propietarios de las mejores tierras de Laconia y Mesenia, señores de los ilotas campesinos en condición de servidumbre).
Este proceso trae aparejado otro de concentración de la propiedad territorial, cuyo efecto social más importante es el empobrecimiento de muchos homoioi, los cuales pierden la plena ciudadanía, convirtiéndose así en hypomeiones. Hacia el primer año del reinado de Agesilao II (c. 398 a.C.) uno de estos hypomeiones, Cinadón según Jenofonte, “un joven de constitución fuerte y de ánimo muy decidido”, al parecer soldado organiza un complot para eliminar a los privilegiados y aborrecidos homoioi.
La coyuntura política es propicia: las tensiones entre los distintos órganos de gobierno (diarquía, gerusía, eforado, navarquía) se han exacerbado. Además de hypomeiones, participan en la conjura ilotas, periecos y neodamodeis. A todos ellos los une una misma condición material la carencia de politeia o derechos políticos, coartada legal para la explotación y la opresión y una misma aspiración espiritual el ideal de isotes o igualdad. Pero los homoioi no están dispuestos a perder sus privilegios. Una formidable stasis («conmoción social»). |
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