La "Noche Triste" de Hernán Cortés : la llegada de Hernán Cortés a América : expedición a México : la insurrección contra los españoles.

“…E de allí salí yo muy mal herido en la cabeza de dos pedradas (…) Y cierto creímos ser aquel el último de nuestros días, según el mucho poder de los indios y la poca resistencia que en nosotros hallaban, por ir, como íbamos, muy cansados, y casi todos heridos y desmayados de hambre.” Así describió...

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Publicado: 2013
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Sumario:“…E de allí salí yo muy mal herido en la cabeza de dos pedradas (…) Y cierto creímos ser aquel el último de nuestros días, según el mucho poder de los indios y la poca resistencia que en nosotros hallaban, por ir, como íbamos, muy cansados, y casi todos heridos y desmayados de hambre.” Así describió el conquistador español Hernán Cortés su penosa retirada tras la derrota que le infligieron los mexicanos en Tenochtitlán (hoy Mexico, D.F.), durante la noche del 30 de junio al primero de julio de 1520. Ya desde la escuela primaria, esa institución semi-penitenciaria creada por los Estados para uniformar el pensamiento e instalar en la mente infantil el principio de obediencia debida a la autoridad, se enseña a los pibes de esta región que su historia comenzó en 1492 con la llegada de Cristóbal Colón a las Islas Bahamas, 200 kilómetros al norte de Cuba, ignorando la rica historia de las poblaciones autóctonas, previa a la Conquista. Esta educación, de claro perfil conductista, omite también cuidadosamente mencionar las tenaces y persistentes rebeliones con que los pueblos originarios intentaron resistir al cruel invasor, y los sanguinarios métodos de exterminio aplicados por éste para lograr sus principales objetivos: la expansión de los reinos de España y Portugal, el aumento del poder de la Iglesia Católica , y el enriquecimiento inmediato de los conquistadores que llevaron a cabo esta moderna Cruzada. Utilizando el engaño como argumento, enarbolando como razón la espada, la pólvora y la caballería, y amparados ideológicamente por su irracional fe religiosa, emigraron hacia las tierras del oro y la riqueza fácil las peores lacras humanas -después de los reyes y el clero- que existían en la península ibérica: hombres brutales, toscos e ignorantes, dados a las más bajas pasiones, nacidos para someter y completamente incapaces de producir nada útil con sus manos, ni para sí mismos ni para sus semejantes. El choque fue violento e inevitable, y la lucha desigual; pero entre las etnias que ofrecieron una mayor resistencia armada a la invasión, se destacó con perfil propio el pueblo mexicano, el único que logró poner en fuga a los conquistadores españoles y derrocar a su propio emperador, durante la insurrección que estalló en mayo de 1520, y que la historia recuerda con el nombre de “ La Noche Triste ” de Hernán Cortés.